Geraldine Blanco
El tiempo pasa rápido y tú bebé se hace mayor en un abrir y cerrar de ojos. Cómo olvidar la primera toma de leche materna, los horarios sin horario y hoy tienes que empezar la introducción de alimentos.
La alimentación complementaria tiene una gran influencia en la salud futura del bebé, es necesario dejar dos puntos esenciales:
Luego de ello, es posible que te hayas planteado preguntas como ¿Con qué empiezo? ¿Cuánto debo darle? y ¿Cada cuánto?... ¿Debo agregar sal?, ¿Licuado, triturado o machacado?, ¿Tiene que seguir tomando leche materna?
La alimentación durante el primer año de vida es clave del crecimiento y desarrollo adecuados, cada etapa de la vida tiene sus peculiaridades y una acción critica es la alimentación. Durante el primero año de vida es condicionada por el ritmo de crecimiento, la tolerancia a los alimentos, la capacidad digestiva, el grado de autonomía y las habilidades del niño y niña.
El primer año es el periodo de crecimiento y desarrollo más rápido en la vida del ser humano, momento donde es más inmaduro y vulnerable. Por ello, es especialmente importante asegurarle una alimentación variada, equilibrada, suficiente y adecuada, con el fin de:
Es importante recordar que la alimentación satisface no solo la nutrición, sino necesidades afectivas, de relación social y contacto humano.
Las primeras comidas con alimentos distintos a la leche materna deben considerarse como la introducción a un nuevo modo de comer y no como un sustituto de la leche materna, aunque no hay una única manera de introducir los alimentos, se siguen unas normas básicas:
Algo imprescindible de la alimentación es la adquisición de nuevas habilidades, dale oportunidad a tu bebé a experimentar, a que utilice sus manos y que intente manipular los utensilios. La alimentación favorece la convivencia, siéntalo a la mesa con el resto de la familia es un momento para compartir y comunicar, tienes que recordar que para un desarrollo integral en el ser humano se requiere no sólo de la nutrición biológica, si no de la nutrición afectiva y cuando el niño y niña reciben de ambas, podemos desarrollar todo su potencial físico, intelectual y emocional.
No hay receta perfecta, pero vale todo el esfuerzo disfrutar esta etapa, para ello: ofrece los alimentos de forma calmada y positiva, aprende a reconocer y respetar las señales de hambre y saciedad del bebé, ofreciéndole alimentos cuando manifiesta interés, y sin insistir si sus gestos son de rechazo o saciedad.
El mejor inicio para una alimentación complementaria segura es una familia informada.
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