En el 2009, las mujeres representaban el 9.9% del total de la población privada de libertad, sin embargo, del total de veinte (20) centros penitenciarios, solamente se disponía de un (1) centro para albergar a las mujeres, el cual contaba con condiciones mínimas para dicho fin; la capacidad de este centro era del 10.7% de la población femenina en prisión. El incremento de la situación de violencia en el país en las dos últimas décadas ha traído como consecuencia un aumento significativo de la población reclusa, el hacinamiento en los centros penales, alcanzaba de 3 a 4 veces la capacidad de las instalaciones (PDDH, 2009).
El “Informe sobre la situación de los Derechos Humanos de las Mujeres Privadas de Libertad y las niñas y los niños que viven con sus madres en los centros penales de El Salvador” del año 2009, refiere sobre la importancia de evaluar la situación particular de las mujeres en estado de gravidez y las condiciones de las mujeres que viven con sus hijos e hijas al interior de los centros, especialmente porque su condición les ubica en una situación de especial vulnerabilidad al interior de la cárcel.